A través de los medios de comunicación se ha generalizado que si tienes un problema de alopecia, las clínicas low-cost especialmente de Turquía pero también en España son la solución a tu problema. Incluso se da a entender que en Turquía están los mejores profesionales del mundo y que son pioneros del FUE cuando nada está más lejos de la realidad. Es uno de los ejemplos de que una mentira muchas veces repetida se puede convertir en una verdad para muchos.
En muchas de esas clínicas, no en todas, se han cometido y se están cometiendo verdaderas barbaridades médicas, con un total desconocimiento de la técnica del injerto capilar, y un peligro para la salud de sus pacientes los cuales acuden con la esperanza de solucionar su problema capilar a un precio irrechazable que en ocasiones no cubre ni los costes diarios de un quirófano, y esto necesariamente implica que se deba ahorrar en material y personal cualificado, lo cual es algo que en ningún caso deberían existir.
NO estamos criticando a las clínicas que operan a precios bajos, no tiene nada que ver con eso y ojalá los precios de las operaciones capilares fueran más baratos, nos referimos a procedimientos low-cost adornados con hoteles y hospitales 5 estrellas.
Cuando hablamos de clínicas que operan con "procedimientos low-cost” nos referimos a aquellas que:
- Ofrecen operaciones en las que no se cumplen los requisitos sanitarios ni profesionales mínimos para realizar una operación capilar.
- En las que no te opera el doctor que la dirige y promueve.
- En las que el paciente la noche antes no sabe quién le va a operar.
- En las que no se trata a los pacientes de una manera profesional y personalizada.
- En las que el personal que va a operar a un paciente no conoce adecuadamente el perfil alopécico del mismo, ni sus características, ni han visto sus fotos, ni se le ha hecho un seguimiento previo, basando su trabajo en la improvisación.
- En las que operan hasta a 20 pacientes al día en una carrera sin freno en la que personas sin titulación ni experiencia extraen entre 3.000 y 4.000 grafts en 2 horas a velocidad vertiginosa.
- En las que te pueden destrozar la zona donante debido a una ilógica sobre explotación que puede generar al paciente un mal aún mayor que el que tenía, que además ya no tendrá reparación posible.
- En las que lo normal es tener un resultado pobre, antinatural, y se agota el capital donante del paciente.
- En las que no se hace seguimiento de la evolución de los pacientes salvo para decirles que no pasa nada con lo que ven y que todo va fantástico.
- Clínicas que tienen como consultores a gente inexperta cuyo único fin es el de “cazar” pacientes a toda costa (muchos de ellos en grupos de Whatsapp, Facebook, Youtube y otras redes sociales).
- Clínicas que ceban económicamente a sus pacientes para que el día de su operación no vayan solos y lleven acompañantes que harán que su operación sea más barata, pero sin control profesional alguno.
- Clínicas que facilitan publicidad con información falsa, que utilizan fotos engañosas e incluso de pacientes de otros doctores con el único fin de aprovecharse de personas que están desesperadas porque sufren alopecia y que son generalmente jóvenes y con pocos recursos económicos.
PERO, no estamos diciendo que todas las clínicas “low-cost” ofrezcan malos resultados, eso no es cierto y sería un error generalizar.
El problema es que el daño puede ser irreparable y para toda la vida, y de hecho incluso en las clínicas que operan con procedimientos low-cost con mejor reputación en ocasiones se trata de una lotería en la que el paciente no tiene los boletos suficientes para tener la posibilidad de ganar el premio y además juega al todo o nada.
Algunos ejemplos:




