Tengo 46 años y unos 12-15 desde que empezó la caída. En realidad, sospecho que se inició antes, pero cuando tienes mucha densidad (como era mi caso) la caída no tenía un efecto visible… hasta que empieza a clarear y te das cuenta que debes buscar una solución. La primera medida fue la medicación.
Empecé a tomar Finasteride hace unos 11 años, con excelentes resultados. No solo logré estabilizar la caída sino que la densidad capilar aumentó sensiblemente. Sin embargo, interrumpí el tratamiento entre 2013 y 2016 (ya que mi pareja y yo queríamos tener un bebé) y en ese periodo perdí muchísimo cabello, como por otro lado era previsible. A finales del 2016, después del nacimiento de mi hijo, retomé el tratamiento. Desde entonces la alopecia está más o menos estabilizada, pero perdí todo lo que había logrado retener y mejorar en los anteriores años de tratamiento. Por ello se imponía una medida más drástica, y ahí empezó mi búsqueda.
La primera idea, inspirada en el constate goteo de noticias en los medios fue… Turquía. Me puse en contacto con varias clínicas otomanas y sus comerciales todo lo pintaban de color de rosa: bueno, bonito y, sobre todo, barato. Sin embargo mi espíritu crítico me hizo buscar explicaciones a la diferencia de precio entre Turquía y la UE, y mi rastreo me llevó a varios foros, entre ellos este.
¿Por qué el Dr Bruno Pinto?
Leyendo hilos del foro me causaron muy buena impresión los casos que se iban publicando del Dr Pinto. Sin tener el recorrido en cuanto a número y antigüedad de casos publicados que sí tienen otros doctores, sus incipientes hilos eran muy prometedores y consistentes. Pero el punto de inflexión se produjo en marzo, cuando visité la clínica para que me viese el doctor. Me causó una impresión inmejorable: muy profesional, conocedor de todos los aspectos de su trabajo, atento, apasionado, con grandes valores éticos, empático y muy atento a comprender los deseos y expectativas del paciente. Tras una larga jornada operando a otro paciente no le importó dedicar tres horas más a escucharme, responder todas mis preguntas, aclarar las opciones y explicar lo que se podía hacer. En definitiva, me convencieron tanto su dominio de la técnica (demostrado por las detalladas explicaciones y mis numerosas y a veces puntillosas preguntas) como su total dedicación y su empatía. Por ello, el mismo día solicité que me reservasen fecha para quirófano.
Operación
La operación se desarrolló en dos días: el 27 y 28 de junio. Como ya había visitado la clínica en marzo la estimación de los injertos necesarios (3.200 aproximadamente), valoración de la zona donante, y varios aspectos del planteamiento quirúrgico ya habían sido considerados. Como ya se ha comentado en otros hilos el trato por parte de todos fue inmejorable.
El doctor Pinto; Marlene (encargada de los aspectos administrativos, financieros y logísticos); Frederica, Sandra y Joanna (las enfermeras) se ocuparon de mi a la perfección y aprovecho para hacerles público mi más sincero agradecimiento. Muito obrigado!
Durante las dos primeras horas (de 9 and 11, aproximadamente) se concreta el planteamiento quirúrgico, la fotos, la delineación de las zonas receptoras y donantes, el rapado y las fotos post-rapado. Decir que el doctor presta atención a todos los detalles es quedarse corto. “Los milímetros son muy importantes”, repite mientras mide una y otra vez las distancias entre trazos azules y facciones y expresiones faciales. Observa la dirección de los cabellos con tal minuciosidad y exactitud que descubre los restos de un remolino frontal del que no tenía noticias desde hacía al menos 30 años. CSI O’Porto, bromeamos.
La atención a todos los detalles sigue una vez dentro del quirófano: la anestesia se aplica combinada con un martilleo con los dedos para minimizar las transmisión de la sensación de dolor (ya que ésta pase por las mismas sinopsis que la sensación de presión); se hacen pruebas con distintos punches, con objeto de establecer los que mejor se adaptan a mi tipo de piel y a cada zona de mi cabeza; se miden con precisión los momentos de extracción para controlar el tiempo (y temperatura) que los grafts pasan fuera del cuerpo. Todo se ejecuta sin prisas pero sin pausas, en una coreografía impecable por parte de todo el equipo.
El resto de la mañana se dedica a la extracción de las primeras 1.500 UFs. Una pausa para comer sobre la 13:00. Implantación de los injertos en la zona frontal toda la tarde, hasta las 17:30. El día pasa sin darme cuenta, casi sin dolor (a la mínima indicación el doctor añade micro-dosis de anestesia allí donde es necesaria), conversando con el doctor y su equipo, con alguna pausa para unas galletas y zumo con objeto de mantener el nivel de glucosa en la sangre.
La noche no es buena. El doctor me indica que debo dormir boca arriba, lo cual me cuesta horrores, acostumbrado como estoy a dormir de lado o boca abajo. Entre eso y el pánico obsesivo a arrancarme los recién implantados injertos accidentalmente mientras duermo, casi no pego ojo.
El segundo día se inicia sobre las 9, con la extracción de unas 1.700 UFs. Para para comer e implantación de los injertos en el mid-scalp. Acabamos sobre las 16:30, momento en el que el doctor me da las consignas para el post-operatorio y salgo pitando hacia el aeropuerto.
Datos de la operación
Total de UFs implantadas: 3.274 (I-297, II-1091, III-1511, IV-361, V-14)
Media (cabellos/UF): 2,60
Total de cabellos implantados: 8.526
Extracción: Punch 0.7mm, Punch 0.8mm. Tipos Sharp, Flat y Srt.
Implantación: Implanters (Lion) agujas 0.6mm, 0.8mm y 1mm
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